Compañeros, compañeras, desde la
Asamblea 15M La Soleá queremos en primer
lugar dar las gracias al Bloque Crítico, y a todos los colectivos que lo
integran, por haber acordado finalizar la manifestación del ya lejano 1º de
Mayo en el Centro Social La Soleá, que como sabéis es un espacio que
rescatamos el pasado 28 de marzo del
abandono de años al que lo tenían sometido sus propietarios. Desde ese día
iniciamos una labor que el barrio demandaba: rescatamos de la ruina un
edificio, y pusimos en marcha una serie de actividades, algunas de ellas ahora
interrumpidas por la actitud intransigente de quienes ahora hacen valer su
título de propiedad y que sin embargo antes, de manera negligente e
irresponsable, dejaron en la más absoluta ruina.
En poco menos de un mes de
ocupación, iniciamos un huerto urbano, una biblioteca, un cineforum, distintos
talleres de reparación: de bicicletas, de ordenadores, y muchos otros que aún
quedan por realizar: talleres teatrales, de elaboración artesanal de jabones,
de pintura, y un largo etcétera porque las demandas son incesantes y el
Polígono San Pablo, este barrio obrero y castigado como tantos por la crisis, no
se rinde ante el actual estado de deterioro de los espacios públicos. Este
barrio quiere rescatar esos espacios y hacerlos más sociales que nunca, más al
servicio que nunca de sus genuinos poseedores: todas y cada una de las personas
que en él viven, gente trabajadora, gente que día a día lucha por su dignidad,
gente que no se rinde, gente que planta cara a las fuerzas represoras cuando
éstas se ponen al servicio de la propiedad privada de los poderosos, como lo
han demostrado en la defensa del Centro Social La Soleá cuando la policía ha
acudido presurosa a la llamada de los propietarios y nunca antes atendió la de
los vecinos que denunciaron el
vandalismo y el deterioro de que era presa el lugar.
Pero sabemos quiénes son los que
tenemos enfrente de nosotros, sabemos que son esas oligarquías del capital más descarnado e infame,
aquellas que con sólo una llamada, un movimiento de pieza en el tablero, pueden
remover influencias, traficar con turbios manejos y torcer los destinos a su
favor. Estamos hablando de los que ahora hacen valer ante la policía un título
de propiedad de un lugar que tuvo siempre un uso social antes de que lo
sumieran en el abandono y la ruina, y que la asamblea 15 M con su ocupación
devolvió al barrio, para que volviera a sus legítimos poseedores.
Todo lo que ellos tienen es un
título del registro de la propiedad, sobre la que pesa un proceso de ejecución
hipotecaria desde 2010, ejecución hipotecaria que es acompañada por una anotación
de embargo preventivo por una deuda de más de 500.000 euros con Construcciones
Selama S.L. Ante esto lo que nos preguntamos es cómo no se ha ejecutado esa
hipoteca si a las familias que dejan de pagar un mes las echan a empujones de
sus casas, por qué a ellos, todopoderosos oligarcas, por qué a ellos no los
embargan. La policía no viene a echarlos a empujones por no pagar, como nos
echan cada día a cualquiera de nosotros de nuestras casas, no, la policía viene a defender su título de
propiedad, porque la propiedad privada, dicen, es sagrada. Pero nosotros
decimos que por encima de la propiedad privada está el derecho de las personas
a decidir por sí mismas cómo quieren gestionar sus vidas, por encima de la
propiedad privada está el derecho a decidir colectivamente sobre los espacios
sociales, lo que es de todos por todos debe estar gestionado.
Lo que nosotros tenemos es fuerza
para luchar contra las injusticias, porque hemos despertado, porque no nos van
a amordazar por más que lo intenten mediante coacciones o con la represión,
porque seguiremos en la lucha.
Esta ocupación, La Soleá, no es
una ocupación desvinculada, es hermana de tantas ocupaciones que están
devolviendo al pueblo lo que del pueblo saliera. Tenemos las Corralas, ni gentes
sin casa ni casas sin gente; tenemos Somonte y las Turquillas, las tierras para
quien la trabaja; y otras tantas ocupaciones que vendrán, porque este
movimiento no se para, porque no nos van a detener, porque a un desalojo
seguirá otra ocupación, y otra y otra, y porque no pararemos hasta recuperar
los derechos que nos están arrebatando: la sanidad universal pública y de
calidad, la enseñanza pública y gratuita… Porque no dejaremos que nos vuelvan a
estafar desde la banca, por el derecho a la vivienda, por una sociedad justa y solidaria donde
prevalezca la igualdad y la libertad.
¡Viva el Centro Social La Soleá!